Anclas de polvo en la tierra,corazones a
pedazos entre
sombras y dientes quemando venas y labios. Viene
sangrante la
carne, viene el aliento sangrando, vienen de espuma los huesos
sedientos de tanto
barro. Amantes de lecho en lecho por tantos siglos
rodando; el corazón y el
silencio, entre muslos y abrazos. Por tantas
viejas alcobas y trigales,
por tantos desesperados andenes.¡Tantos poemas de
barro, tantos recuerdos de
polvo, tantos amantes pasados¡ Tumbas de fiebre y
de vida como las alas de un
pájaro llenas de barro y de sombra....... ¡el
amor aniquilado¡ La misma sangre
de siempre por las sienes galopando, o
embistiendo con cornadas la dentadura y
los labios, está quemando las venas
y gravita sobre el tálamo, la muerte y la
soledad del amor de los humanos.
Nos queda en la madrugada, hecha jirones de
nardos, como un susto, como un
golpe, como un despertar amargo
pedazos entre
sombras y dientes quemando venas y labios. Viene
sangrante la
carne, viene el aliento sangrando, vienen de espuma los huesos
sedientos de tanto
barro. Amantes de lecho en lecho por tantos siglos
rodando; el corazón y el
silencio, entre muslos y abrazos. Por tantas
viejas alcobas y trigales,
por tantos desesperados andenes.¡Tantos poemas de
barro, tantos recuerdos de
polvo, tantos amantes pasados¡ Tumbas de fiebre y
de vida como las alas de un
pájaro llenas de barro y de sombra....... ¡el
amor aniquilado¡ La misma sangre
de siempre por las sienes galopando, o
embistiendo con cornadas la dentadura y
los labios, está quemando las venas
y gravita sobre el tálamo, la muerte y la
soledad del amor de los humanos.
Nos queda en la madrugada, hecha jirones de
nardos, como un susto, como un
golpe, como un despertar amargo
No hay comentarios:
Publicar un comentario