04 febrero 2012

El camino del Fuego


El blanco es el color del fuego en su máximo esplendor, es la luz que produce la transformación, la alquimia del proceso cerámico.
Esa luz que transforma el barro en materia cerámica de la consumación de los cuatro elementos surge la magia de crear.
Explorando el terreno hacia el camino del arte, conocí esta disciplina que me llevó a investigar y a relacionarme cada vez más con la cerámica.

La cerámica es penetrar en un mundo cuyos secretos ancestrales están accesibles a partir del dominio del oficio.

El oficio es concretamente el conocimiento de los materiales, herramientas y técnicas que son condición indispensables para que se produzca un diálogo entre un individuo y su materia.

Oficio es cada día menos y acumulación de experiencia, oficio es lo que se sabe profundamente.

Un creador parte de y recae inevitablemente en su oficio, es lo que sus manos saben hacer, es lo que sus manos aprenden y dejan suceder...
Cada material tiene un potencial expresivo y éste da y se deja conocer a la distancia, hace falta el contacto prolongado y atento para ir conociendo sus posibilidades y sus secretos para comprender su lenguaje.
La creación no es el resultado de un material, es nesesario ir más lejos, dejarlo decir lo que sabe. Esto podría considerarse simple cuestión de técnica pero no es simple, sin el esfuerzo de la comprensión no hay verdadera creación.
Creatividad es un jugo combinatorio y exploratorio. todo lo que el artista es entra en juego, todo concentrado en la interacción de sus manos y au material, en el momento único e irrepetible y en última instancia, ineplicable cuyo resultado es la obra...

Lo que el fuego lame tiene un gusto distinto en la boca de los hombres. Lo que el fuego ha iluminado guarda un color inefable. Lo que el fuego ha acariciado, amado, adorado, ha ganado en recuerdos y ha perdido la inocencia.
En argot, chamuscado (flambé) es sinónimo de perdido, por no emplear otra palabra grosera cargada de sexualidad. Por el fuego todo cambia. Cuando se quiere que todo cambie, se recurre al fuego. El primer fenómeno no es solamente el fenómeno del fuego contemplado, en una hora ociosa, en su vida y en su resplandor, sino el fenómeno por el fuego. El fenómeno por el fuego es el más sensible de todos; es aquel que es preciso vigilar mejor; es preciso activarlo o amenguarlo; es necesario lograr el punto de fuego que marca a una sustancia como el instante de amor que marca a una existencia.

G. Bachelard Psicoanálisis del fuego


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