05 enero 2012

ARTE y ARTESANÍA. UN DEBATE PARA CERAMISTAS.PROF. GRACIELA OLIO. 2006

ARTE y ARTESANÍA. UN DEBATE PARA CERAMISTAS.PROF. GRACIELA OLIO. 2006

Tratando de indagar en una vieja cuestión, las diferencias entre arte y artesanía, he intentado de aproximarme al tema desde distintos autores con posturas diferentes. Considerando que en nuestra disciplina esta problemática nos atañe directamente, ya que desde los comienzos de la cerámica el hombre la planteó de estos dos modos, desde lo utilitario y desde lo ceremonial o ritual, creo que esta instancia de discusión se debe dar en el seno de nuestra disciplina.,abordando posturas tradicionales o superadoras de tal dicotomía y por lo tanto tratando de repensar así la Cerámica y sus producciones actuales.

Consultando diversos autores que hablan del tema como María Alba Bovisio, Néstor García Canclini, Octavio Paz, Juan Carlos Santos y Jorge Fernandez Chiti, me permito hacer un acercamiento a la mencionada cuestión.

En primer lugar, trataré de mostrar cómo estos autores definen el “arte” y la “artesanía”: Octavio Paz, escribe sobre la “artesanía” en su ensayo de 1973 “La Artesanía: entre el Uso y la Contemplación”:

“Vasija de barro cocido: no la pongas en la vitrina de los objetos raros. Haría un mal papel. Su belleza está aliada al líquido que contiene y a la sed que apaga. Su belleza es corporal: la veo, la toco, la huelo, la oigo. ….No es un objeto para contemplar, sino para dar a beber…….Su belleza es inseparable de su función: son hermosos porque son útiles…..La artesanía es una mediación: sus formas no están regidas por la economía de la función sino por el placer, que siempre es un gasto y no tiene reglas. El objeto industrial no tolera lo superfluo: la artesanía se complace en los adornos. Su predilección por la decoración es una trasgresión de la utilidad…..La persistencia y la proliferación del adorno en la artesanía revelan una zona intermediaria entre la utilidad y la contemplación estética………Las cosas son placenteras porque son útiles y hermosas. La conjunción copulativa (y) define a la artesanía como la conjunción disyuntiva define al arte y a la técnica: utilidad o belleza…………Hecho con las manos, el objeto artesanal guarda impresas, real o metafóricamente, las huellas digitales del que lo hizo. Esas huellas no son la firma del artista, no son un nombre, tampoco son una marca. Son más bien una señal: la cicatriz casi borrada que conmemora la fraternidad original de los hombres. Hecho por las manos, el objeto artesanal está hecho para las manos: no sólo lo podemos ver sino que lo podemos palpar. A la obra de arte la vemos pero no la tocamos……..Nuestra relación con el objeto industrial es funcional; con la obra de arte, semireligiosa; con la artesanía, corporal. En verdad no es una relación, sino un contacto……..La artesanía es un signo que expresa a la sociedad no como trabajo (técnica) ni como símbolo (arte, religión), sino como vida física compartida…………..La historia de la artesanía no es una sucesión de invenciones ni de obras únicas (o supuestamente únicas). En realidad, la artesanía no tiene historia, si a la historia como una serie ininterrumpida de cambios. Entre su pasado y su presente no hay ruptura sino continuidad. Tradicional pero no histórico, atado al pasado pero libre de fechas……El artesano no quiere vencer al tiempo sino unirse a su fluir………Frente al diseño, el objeto artesanal es anónimo pero no impersonal………El artesano no se define ni por su nacionalidad ni por su religión. No es leal a una idea ni a una imagen sino a una práctica: su oficio. El taller es un microcosmos social regido por leyes propias……….Todavía hace unos pocos años la opinión general era que las artesanías estaban condenadas a desaparecer, desplazadas por la industria. Hoy ocurre precisamente lo contrario…La vuelta a la artesanía en los Estados Unidos y en Europa Occidental es uno de los síntomas del gran cambio de la sensibilidad contemporánea…………..Entre el tiempo sin tiempo del museo y el tiempo acelerado de la técnica, la artesanía es el latido del tiempo humano……..es un objeto que dura, pero que se acaba……….la artesanía nos enseña a morir y así nos enseña a vivir.” (O. Paz. 1973:7 a 11).

En su comparación entre la artesanía y el arte, Octavio Paz, escribe:

“La religión del arte nació, como la religión de la política, de las ruinas del Cristianismo. El arte heredó de la antigua religión el poder de consagrar a las cosas e infundirles una suerte de eternidad: los museos son nuestros templos y los objetos que se exhiben en ellos están más allá de la historia………esos cuadros y esas esculturas son,.....ideas puras. ……………Antes de la revolución estética el valor de las obras de arte estaba referido a otro valor. Ese valor era el nexo entre belleza y sentido: los objetos de arte eran cosas que eran formas sensibles que eran signos. El sentido de una obra era plural pero todos sus sentidos estaban referidos a un significante último…………la divinidad. Transposición moderna: para nosotros el objeto místico es una realidad autónoma y autosuficiente y su sentido último no está más allá de la obra sino en ella misma……….El más radical fue Duchamp: la obra pasa por los sentidos pero no se detiene en ellos. La obra no es una cosa: es un abanico de signos que al abrirse y cerrarse nos deja ver y nos oculta, alternativamente, su significado. La obra de arte es una señal de inteligencia que se intercambian el sentido y el sin-sentido…” (O. Paz. 1973)

Por otaro lado Jorge Fernandez Chiti, define la “artesanía”, en éstos términos:

“Actividad productiva y creativa de carácter plástico manual e inspiración tradicional; de concepción, confección y planificación seriada; que se materializa en objetos, obras o piezas que responden a una necesidad funcional o de uso cotidiano, decorativo, mágico, religioso, etc.; con un ingrediente estético o decorativo necesariamente presente; facturada en un taller doméstico o profesional reducido, sin procesos tercerizados; mediante técnicas manuales y no manuales pero nobles, genuinas y de control personal por parte del artesano; cuya producción es restringida y destinada a un mercado reducido, de ferias, o comercial pero conocido por el artesano.” (F. Chiti 2003: 25)

Y el “arte”, en estos otros: “Artístico es todo aquello donde hay pensamiento…” Esto es: en toda obra de arte auténtico, siempre sobresale un momento cognoscitivo, o ideativo; una expresión de sentimientos, de ideas, conceptos, y todo aquello que hace a la transmisibilidad, cognoscibilidad, comunicabilidad. Esa es la clave del arte, su esencia, su intención. Y precisamente eso lo diferencia de la obra artesanal, cuyo propósito u objetivo es satisfacer una “función”, cumplir un servicio, ser útil. […] No se trata de rangos o niveles, sino de diferentes tipicidades no comparables entre sí.” (op. cit: 39)

María Alba Bovisio, Historiadora del Arte, Investigadora de la UBA, si bien dice:

“No voy a detenerme en la definición de cada uno de estos términos per se, prefiero indagar la tensión entre las definiciones generadas desde los espacios de difusión y distribución y las contaminaciones, contactos, identificaciones y exclusiones recíprocas que se verifican en el ámbito de la producción.” (Bovisio 2002: 19)

Más adelante escribe:

“En Latinoamérica la categoría de “arte” correspondería a la producción occidental que se importa de Europa durante la colonización y que luego adquiere desarrollos regionales fundamentalmente vinculados a las políticas culturales de los sectores hegemónicos. Serán éstos los responsables de la fundación de las versiones locales de las academias europeas (donde se forman los artistas nacionales), de los museos, salones y colecciones que legitimen un paradigma basado, precisamente, en los cánones académicos. La producción plástica indígena, campesina, etc. quedará del lado de “lo artesanal”, de “lo popular”, es decir, de lo subalterno.” ( op. cit: 23)

[…]..”Otro aspecto que me interesaba considerar es que a ambos tipos de producción plástica se le reconocen “valores estéticos” pero el de las “obras de arte” es superior pues encarna valores puros, en tanto que las “artesanías” están siempre atravesadas por su funcionalidad.” (op. cit: 24)

En tanto Néstor García Canclini, renombrado teórico mexicano, sostiene:

“Las oposiciones entre lo culto y lo popular, entre lo moderno y lo tradicional, se condensan en la distinción establecida por la estética moderna entre arte y artesanías. Al concebirse el arte como un movimiento simbólico desinteresado, un conjunto de bienes “espirituales” en los que la forma predomina sobre la función y lo bello sobre lo útil, las artesanías aparecen como lo otro, el reino de los objetos que nunca podrían despegar de su sentido práctico […]El arte correspondería a los intereses y gustos de la burguesía y de sectores cultivados de la pequeña burguesía […].Las artesanías, en cambio, se ven como productos de indios y campesinos, de acuerdo con su rusticidad, los mitos que habitan su decoración, los sectores populares que tradicionalmente las hacen y las usan.” (García Canclini 1989: 224,225)

Por otro lado, refiriéndose al concepto de “artesanía”, Juan Carlos Santos, quien viene del área del Diseño, dice:

“Generalmente, el concepto de Artesanía está asociado con:

  • · una forma de trabajo individual, manual e informal
  • · una forma de expresión personal vinculada al folclore regional, sometido a un intenso proceso de descaracterización y pérdida de calidad (el souvenir).” (Santos 1999: 2)

Considerando esta suerte de definiciones que sostienen los autores antes citados, lo más interesante, de algunos de ellos, es ver cómo sustentan posturas superadoras de la dicotomía, arte-artesanía, que pareciera tan arraigada y consolidada en occidente.

Analicemos la propuesta de García Canclini:

“Se demostró que en las cerámicas, los tejidos y retablos populares se puede encontrar tanta creatividad formal, generación de significados originales y ocasional autonomía respecto de las funciones prácticas como en el arte culto. Este reconocimiento ha dado entrada a ciertos artesanos y artistas populares en museos y galerías. Pero las dificultades para redefinir lo específico del arte y de las artesanías, e interpretar a cada uno de sus vínculos con el otro, no se arreglan con aperturas de buena voluntad a lo que opina el vecino. La vía para salir del estancamiento en que se encuentra esta cuestión es un nuevo tipo de investigación que reconceptualice los cambios globales del mercado simbólico tomando en cuenta no sólo el desarrollo intrínseco de lo popular y lo culto, sino sus cruces y convergencias. Al estar incluidos lo artístico y lo artesanal en procesos masivos de circulación de los mensajes, sus fuentes de aprovechamiento de imágenes y formas, sus canales de difusión y sus públicos suelen coincidir. (G. Canclini 1989: 226, 227)

Por otro lado María Alba Bovisio, considerando la propuesta de García Canclini, propone:

“El pastiche posmoderno, los mestizajes entre lo culto y lo popular: ¿han logrado redefinir aquellas categorías? ¿Qué permanece “arcaico” y por qué?

El concepto de “campo” tomado de Bourdieu me servirá para analizar la definición del par “arte/artesanía” como una construcción cultural emanada de prácticas concretas que ponen en circulación realidades materiales e inmateriales. […] Tomo como puntos de partida de mis indagaciones éstas hipótesis de trabajo:

1. Pese a los procesos de hibridación cultural y globalización económica existen dos campos con agentes de producción, distribución y consumo claramente diferenciados: el de las “artes plásticas” y el de las “artesanías”.

2. Los préstamos y contaminaciones se dan fundamentalmente en los productos y no en los productores, que por su ubicación en los campos específicos se definen como “artistas” o como “artesanos.”.

3. Podemos aunar en la categoría de “objetos estéticos construidos” a todo tipo de “arte” cuya significación se funda en la “obra” como objeto hecho de un modo específico, interviniendo con una técnica precisa, objeto que trasunta la mano y el alma del hacedor. (Bovisio 2002: 19,20)

Para demostrar su hipótesis de trabajo la autora analiza a varios autores que sostienen

posturas de oposición expresadas entre los años '70 hasta los '90. Además de acusar de guardianes de tal dicotomía a los sectores de poder, especialmente desde el Estado, como agentes de distribución, y de legitimación.

A modo de conclusión, Bovisio, plantea:

“Sin negar la existencia socialmente real de dos campos de producción diferenciados-por acción de sus agentes de distribución y por la ubicación de los productores en los circuitos de circulación generados por esos distribuidores- propongo pensar a la “impronta de la mano”, gestual o constructiva, como una dimensión a partir de la cual podemos definir cierto tipo de producción plástica que bien puede pertenecer a uno u otro campo. […] En este sentido creo que existe una verdadera diferencia entre “obras” surgidas del “hacer” o del “proyectar”. (op.cit : 59,60)

Haciendo referencia a mediados de los años 1960, cuando se pasa a materializar ideas, se deja de lado el hacer, y solo se proyecta, así el “arte conceptual”, valoriza el proyecto y no el objeto. Hasta ahí, las vanguardias habían “construido” los objetos.

“En el sistema de las “obras de arte” que se definen a sí mismas como “objetos entre objetos”, y que pueden incluir, a la vez, objetos en su configuración plástica, la diferencia está en el rol del artista en el proceso de su elaboración, ya sea como “constructor” ya sea como “diseñador”. En el primer caso, la obra se define en el quehacer directo del artista sobre la materia, en el segundo en el proyecto, la idea que pertenece al artista mas allá de quien realice la obra.

La “artesanía” pertenecería a la categoría de “obras-objeto”, cuyo modo de ser es el resultado de la acción de un “artista-constructor” significando la materia, o dicho de otro modo, son aquellas “obras” que se constituyen en la relación sensitiva, sensible y específica entre “manos/mente”, herramientas, materiales y significados. Es por este modo de ser de la “artesanía” que, para que no deje de serlo, el hacedor no puede ser sustituido.

[…]El vacío provocado por el agotamiento de la vanguardia conceptualista –el arte devino en la ilustración de la discusión sobre su propia definición- sumado al creciente hermetismo del discurso artístico contemporáneo, renueva la discusión sobre “arte vs. artesanía”.

[…]A lo largo de este texto he intentado volver sobre la cuestión “arte v. artesanía” para reconstruir la visión antagónica, ficción sostenida por los agentes de distribución, a la vez que reconocer la existencia social e históricamente determinada de dos campos de producción plástica diferenciados, que interactúan, se cruzan y contaminan. Cierro mis reflexiones proponiendo pensar a las “artesanías” como “objetos estéticos construidos”, lo que permite abrir una nueva perspectiva de valoración y comprensión y encontrarles un lugar en una historia más antigua que la del nacimiento de la categoría “arte”, en la de la generación de significados a través de “obras”, cuya “belleza” habita en la “secreta relación entre hechura y sentido”. (op. cit.: 61, 62,63)

Por otro lado Jorge Fenández Chiti, no plantea tal dicotomía, sino que los muestra como dos planos bien diferenciados, considerando el arte como una necesidad de expresión y la artesanía como una necesidad de uso, y los diferencia como objetos utilitarios u objetos expresivos o comunicacionales. Sí hace un análisis exhaustivo de la artesanía, en cuanto a sus características, su origen, su marcada diferencia con lo industrial, su tipología, su clasificación, su desarrollo histórico y las etapas históricas de la artesanía nacional y su diferencia con el arte popular.

Es muy interesante el análisis de Juan Carlos Santos (España) sobre las Artesanía y el Mercado, proponiendo reorientar la actividad artesanal, en función de una evolución del mercado:

· En relación a una demanda de productos culturales con alto valor agregado y gran calidad.

· Por otro lado, también hay una demanda de productos de “apariencia artesanal” muy baratos que enfaticen la manualidad y el exotismo.

Considera de gran importancia las nuevas posibilidades de producción, tecnologías de gestión empresarial, organización de la producción, comercialización y promoción.

En ésta reorientación de la actividad artesanal, considera dos estrategias:

· Reposicionarse hacia los segmentos de mercado más cualificados, por medios más sofisticados.

· Consolidarse en los segmentos bajos del mercado, con estrategias de producto, producción y comercialización de masa.

Considera a la artesanía en confrontación con el producto de masa, y la diferencia por su dinámica y flexibilidad, su personalización y la califica como “producto-idea personal”, expresivo y experimental, en constante evolución. A si mismo analiza sus tipologías en relación a las expectativas del consumidor:

Artesanía artística (pieza única, discurso plástico, objeto artístico)

  • Artesanía conceptual (colecciones de productos que expresan un mensaje socio-cultural (ideas, actitudes), con el que se identifica el consumidor. Representan un estilo de vida).
  • Artesanía de masa (productos con apariencia manual y elementos exóticos que recuerdan culturas distantes y conceptos de formas de producción medievales, vinculados a una cultura local estereotipada, con elementos descaracterizados).

Para ir arribando a alguna conclusión quisiera incluir los siguientes párrafos de personalidades entendidas en el tema como Bernad Leach, ceramista inglés, Alicia Romero investigadora en Artes de la UBA, y Herbert Read, escritor y crítico británico:

Bernard Leach, […] “Sólo el artista y el artesano, dotados de sensibilidad y fuerza de carácter insólitos, son capaces de escoger lo mejor en el torbellino de ideas que actualmente les invaden. En cuanto el artesano se individualiza y se aleja de su tradición, se sitúa en posición pareja a la del artista […] Pero lo que importa es saber cómo, en nuestro tiempo disgregador, el ceramista independiente llegará a descubrir su propia verdad; en otras palabras, su propia identidad, y, además por qué medios lo transmitirá a otros artistas ceramistas de tal modo que pueda producirse un noble trabajo humanista, verdaderamente meritorio, en especial para uso doméstico” (B. Leach 1976: 37)

Alicia Romero, […] “Hace ya muchas décadas que en el plano mundial se trabaja desde los intersticios, minando viejas clasificatorias. Desde identidades que se han conformado por diferencias reales, en la producción, en la distribución y en el consumo, artistas, artesanos y diseñadores exploran los intersticios, cruzan sus umbrales, se contaminan, se entregan a la interdisciplina, se abren a otros dominios. El ceramista lo ha hecho desde siempre.” (A. Romero 2001: 4)

Herbert Read, (…) “La alfarería es al mismo tiempo la más simple y la más complicada de todas las artes. Es la más simple porque es la más elemental; es la más complicada porque es la más abstracta. Históricamente es de las primeras artes.(…) Júzguese el arte de un país, júzguese la fineza de su sensibilidad a través de su alfarería; éste es un criterio confiable. La alfarería es arte puro, es arte liberado de cualquier intención imitativa……….es arte plástico en su esencia más abstracta.” (H. Read.1995: 66)

El debate está planteado, es un tema que une lo tradicional y lo contemporáneo estando siempre presente en nuestro quehacer, explícita o implícitamente. No es mi intención llegar a conclusiones certeras. Los enfoques son muy y variados, cada uno de nosotros hará sus reflexiones y planteará sus posturas al respecto.

En lo personal, como hacedora ceramista, me interesa el planteo superador de la antinomia arte-artesanía, y ubicándome cómodamente en el lugar del “intersticio”, en el espacio que media entre las dos categorías, de esa zona de unión que propone un discurso integrador, me permito autodefinirme como “artista-artesana”. Me identifico con el planteo de Walter Gropuis, en el manifiesto de la Bauhaus: No hay diferencia esencial entre artista y artesano. El artista no es más que un artesano inspirado. Pero todo artista debe necesariamente poseer competencia técnica….

BIBLIOGRAFIA

García Canclini, Néstor. 1989. Culturas híbridas – estrategias para entrar y salir de la modernidad. Ed. Grijalbo. México.

Paz, Octavio. 1987. Compilación de Paz, Octavio. Los privilegios de la Vista. “El uso y la contemplación”. Arte de México. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. 1987.

Bovisio, María Alba. 2002. Algo más sobre una vieja cuestión: “Arte ¿vs? Artesanías”. FIAAR, Fundación para la investigación del Arte Argentino. Argentina.

Fernández Chiti, Jorge. 2003. Artesanía, folklore y arte popular. Ed. Condorhuasi. Argentina.

Santos Capa, Juan Carlos. 1999. Artesanía y mercado –una aproximación al marketing aplicado a la artesanía. Copyright 1999. E-mail: jk@activa.es . España.

Romero, Alicia. 2001. Los objetos cerámicos. Catálogo del XLIII Salón Anual Internacional de Arte Cerámico. CAAC. Museo Eduardo Sívori. Argentina.

Leach, Bernard. 1976. Manual del ceramista. Ed. Blume. Barcelona.

Read, Herbert. 1995. “Cerámica: Arte sin Contenido”. Artes de Mexico. Artes de México y del mundo. Nº 3. La Talavera de Puebla. 2º Edición.

este texto como se menciona en lineas anteriores fue escrito por la Sra. GRACIELA Olio.

No hay comentarios: